P: ¿Cómo comenzaste tu carrera como flautista histórico y qué te llevó a especializarte en la flauta barroca?
Cuando era pequeño, me acuerdo de que mi padre tenía unos cassettes de «The English Consort», quienes en ese entonces eran uno de los pioneros en la interpretación con instrumentos históricos. Había dos, uno con «La música del agua» de Händel, y otro con los «Conciertos de Brandenburgo» de Bach. Siempre los escuchaba, el sonido era bastante exótico, y esa flauta que escuchaba no se parecía en nada a mi flauta de metal, la cual aprendía a tocar con mi profesor particular. Más tarde cuando estaba en el conservatorio, entendí que había gente especializada en interpretar música de otros períodos, con instrumentos originales o copias de estos. Yo quería hacer lo mismo. En Chile, el país del cual vengo, era imposible estudiar interpretación histórica, pero conocí a la flautista Gisela Mornhinweg, que toca la flauta barroca muy bien y estaba muy al tanto en estas materias. Ella me dijo los pasos a seguir. Al poco tiempo, me conseguí una flauta barroca, que no era muy buena, pero de algo servía y me puse a estudiar. Luego me fui a Holanda donde comencé mi carrera como flautista histórico.
P: ¿Cuáles son las principales diferencias entre la flauta histórica y la flauta moderna, y cómo afectan estas diferencias a tu enfoque interpretativo?
La flauta travesera, dede sus comienzos, fue un instrumento que fue evolucionado rápidamente, acorde a las necesidades de sus intérpretes y los compositores que escribieron música para ella. Primero fue, quizás un trozo de hueso, con un agujero para producir el sonido por la boca y unos cuantos para cambiar la afinación con los dedos. De los huesos se pasaron al bambú, con la misma técnica, un agujero para la boca y otros más para los dedos. Luego, a medida que las herramientas metálicas se fueron perfeccionando, las flautas se comenzaron a construir de madera y este fue el material que se utilizó hasta más o menos la segunda mitad del siglo XIX, donde se empezó a utilizar el metal para construir las flautas. Aunque hay personas que estudian e investigan flautas traveseras de períodos anteriores al renacimiento, se podría considerar el termino «Flauta histórica» para encerrar a los instrumentos entre el período renacentista hasta más o menos 1850, que fue cuando Theobald Boehm construyó la primera flauta de metal. La flauta común o simple era de madera y tenía una embocadura y 6 agujeros en el Renacimiento, afinada en re, estaba limitada a ser un instrumento diatónico. Luego en el Barroco se le agregó una llave, para poder tocar otras notas y así sucesivamente se le fueron agregando más llaves, lo cual dificultaba mucho la interpretación, pero mejoraba la calidad del sonido, sin embargo la flauta seguía siendo un instrumento diatónico. A Boehm se le ocurrió hacer doce agujeros en la flauta, uno para cada nota, e inventó un nuevo sistema para accionar las llaves, la flauta se había convertido entonces en un instrumento cromático y podía tocar en cualquier tonalidad sin problemas. He ahí la gran diferencia entre las flautas históricas y la actual flauta moderna.
Ya entendiendo la problemática, la interpretación musical se ve muy afectada por estos cambios, por ejemplo: Para la flauta barroca, tocar en la tonalidad de re mayor es bastante accesible, por otra parte, tocar en do menor ya se vuelve un problema bastante serio. Y eso lo sabía muy bien el sr. Bach, cuando compuso la Sonata en trío de la Ofrenda Musical, que dedicó a el Rey Federico.
P: ¿Cuál es tu opinión sobre la importancia de la interpretación históricamente informada en la música antigua y cómo la aplicas en tu trabajo?
Para mi, la interpretación históricamente informada en la música antigua tiene un paralelismo con la arqueología. Tenemos que investigar a través de fuentes, escritos, anécdotas, crónicas, y también a través de los instrumentos originales que se han encontrado. Esto nos ayuda a recrear un resultado sonoro, el cual quizás va cambiando a medida que se van desarrollando nuevas tecnologías que nos ayudan a la investigación. Esto es muy importante para la conservación del patrimonio musical universal, sin embargo, creo que una cosa muy importante es el valor artístico que tiene la música y eso es motivo para mi, de transmitirla a las nuevas generaciones.
P: ¿Cuáles son tus principales influencias y referencias en el mundo de la flauta histórica y la música antigua en general?
Uno de los interpretes que marcaron mi vida como músico fue Wilbert Hazelzet. Un simple CD con música de C. P. E. Bach que compré en una tienda de discos, interpretada por Wilbert en la flauta y Jacques Ogg al fortepiano, cambió mi percepción sobre la flauta y la música en general. Fue un momento muy inspirador. Finalmente, Wilbert se convirtió en mi maestro, con quien aprendí a descubrir este fascinante instrumento.
P: ¿Qué aspectos particulares de la flauta histórica y la música antigua te apasionan más y te motivan en tu continuo desarrollo artístico?
Su sonido, esa mezcla entre lo rústico y refinado que tiene flauta de madera. También la capacidad que tiene de de generar diferentes estados de ánimo, desde la evocación a la tristeza en un adagio (2 mov. del Concierto para flauta en do mayor de J. M. Leclair) a la euforia de un allegro (4 mov. del concierto para flauta dulce y flauta travesera en mi menor de G. Ph. Telemann).
P: ¿Puedes compartir alguna experiencia destacada, anecdota divertida o desafío particular que hayas enfrentado en tu carrera como flautista histórico?
Creo que en la vida de un músico, cada una de la experiencias vividas es destacada. Siempre hay algo que se queda como un valioso aprendizaje, ya sea un éxito o también alguna mala experiencia, todo sirve. En mi caso una de ellas fue haber participado de la «Academia Europea de Ambronay», que en ese año fue dirigida por Sigiswald Kuijken. Él nos enseñó mucho acerca del estilo y cosas muy precisas en la interpretación de la música del barroco, estábamos trabajando la Misa en si menor de J. S. Bach, pero también nos enseñó la importancia de escucharnos mutuamente y de trabajar en equipo.
P: ¿Puedes hablarnos sobre algún proyecto o colaboración destacada en la que hayas participado como flautista histórico?
Uno de los proyectos que encontré muy interesante, fue la grabación del CD «Bach to the Roots» con la Orquesta Barroca de Bremen. En este se da mucho énfasis a un arte que muy poco se practica, sobre todo en la música de Bach, me refiero a la ornamentación. El CD aporta una nueva y refrescante interpretación de obras estándares de Bach, como lo es la Suite número dos para flauta y cuerdas en si menor BWV 1067, donde le damos un toque original a la música, aportando también con nuestros propios ornamentos e improvisaciones.
P: ¿Cómo has experimentado la evolución del networking y el marketing en el ámbito de la música antigua a lo largo de tu carrera?
Al principio, cuando todavía no había Smartphones, (no soy tan viejo, pero todavía de la generación anterior a estos) la única manera de promover tu música era a través de conciertos y contactos, y si tenías los medios, grabando discos. Hoy en día con las nuevas tecnologías es mucho más fácil, subes la música a alguna plataforma de streaming o alguna red social y tu música puede atravesar los océanos. Esto tiene muchas ventajas, pero también desventajas: que la música en estado presencial va perdiendo su valor. Los conciertos en vivo tienen cada vez más menos audiencia y eso es grave. Como decía el célebre director de orquesta Sergiu Celibidache, los micrófonos no pueden captar la «experiencia trascendental» que se produce entre músicos y auditores, esta se queda en la intimidad de sala de conciertos.
P: ¿Cómo gestionas tu presencia en línea para destacar en un mercado donde la autenticidad y la historia son tan importantes?
Ese es un buen punto, la autenticidad… Generalmente intento, cuando subo algún un vídeo a mi cuenta de Instagram, que sea lo menos manipulado posible, para que conserve la autenticidad. Ahora, alguno que otro filtro cinematográfico aplico de todas formas, para que no se vean las imperfecciones de la cara.
Pero, saliéndose del chiste, creo que para artistas en general, es muy importante una presencia en línea bastante activa, sobre todo para artistas que son multifacéticos, así pueden mostrar sus diferentes facetas. En mi caso es muy útil, porque a parte de ser flautista histórico, también soy compositor, entonces mis canales de Spotify o Youtube son cruciales para mi desarrollo.
P: ¿Cuál es tu perspectiva sobre la enseñanza de la flauta histórica y cómo compartes tus conocimientos con las generaciones más jóvenes?
Enseñar es el último paso para retener algo que se ha aprendido, es como un ciclo. Si bien es cierto, no trabajo enseñando a tocar la flauta histórica en alguna universidad, tengo varios alumnos a los cuales enseño lo que he aprendido. Esto es muy útil para mis alumnos, pero también para mi, porque me ayuda a reflexionar y tener diferentes puntos de vista sobre algo que daba por hecho, incluso aprendo a ser más flexible. Es muy enriquecedor enseñar.
P: ¿Tienes algún consejo para músicos que están considerando adentrarse en la interpretación de la música antigua y la flauta histórica? ¿Qué consejos le darías desde tu perspectiva actual a tu yo de 1º de conservatorio?
Muchos profesores antiguos, decían que sólo había que dedicarse a tocar un instrumento. Mitos como, «si tocas la flauta barroca, vas perder la embocadura en la flauta moderna», «no se puede tocar oboe y flauta», etc. Mi opinión es que hay que probar de todo, eso nos abre una infinidad de posibilidades. Es como una persona que habla muchos idiomas, esta puede comunicarse con más gente. No hay nada de malo tocar la flauta barroca y la flauta moderna, o la flauta barroca y la flauta dulce, o el oboe y el fagot, si puedes tocar los dos, puedes tocar mucha más música.
Un consejo que le daría a mi yo de 1º de conservatorio sería, a parte de sentarme horas con mi instrumento a solas, que consuma más arte, que lea más, que escuche mucha música, de toda y en vivo, que vaya al cine, que vaya a ver la danza y a ver las obras de arte en los museos, porque todo esto desarrolla la apreciación, la creatividad y un gusto personalizado.